sábado, 3 de julio de 2010

El Zar y la Camisa - Lev Tolstoi


Un zar estaba enfermo y dijo:
- Daré la mitad de mi reino a quien me cure.

Entonces se reunieron todos los sabios y empezaron a discutir cómo curar al zar. Nadie sabía qué hacer. Sólo un sabio afirmó que se podiá curar al zar.

- Si se encuentra un hombre feliz -dijo-, se le quita la camisa y se le pone al zar, éste se curará.

El zar mandó que buscaran a un hombre feliz por todo su reino, pero, por mucho que sus emisarios cabalgaron por todos sus territorios, no pudieron encontrarlo. No había ni uno que estuviese satisfecho de todo. Uno era rico, pero estaba enfermo; otro gozaba de buena salud, pero su mujer era malvada, o bien sus hijos; todos tenian motivo de queja. Un día, a última hora de la tarde, el hijo del zar pasaba junto a una pequeña isba y oyó a alguien que decía:

- Gracias a Dios he trabajado bastante, he comido cuanto necesitaba y ahora me voy a la cama. ¿Qué más puedo pedir?

El hijo del zar se alegró, ordenó que le quitasen la camisa a ese hombre, que le diesen una cantidad de dinero a modo de compensación, todo el que quisiera, y que llevaran la camisa al zar. Los emisarios fueron a ver al hombre feliz y quisieron quitarle la camisa; pero ese hombre feliz era tan pobre que ni siquiera tenía camisa.

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