domingo, 29 de enero de 2012

172 metros sobre el mar


De la boca del metro salen gentes de todas formas y colores. Sentada sobre la barandilla Anna aguarda la llegada de Sergi, que al parecer sigue conservando la costumbre de ser impuntual en sus citas. Al cabo de diez minutos de espera emerge de la boca, a toda prisa, tropezando con las escaleras, un chico alto y delgado, de tez blanquecina, sonrojada por el esfuerzo, y cabellos despeinados por el viento. Mira con seguridad en sus ojos oscuros y, sus delicados labios, esbozan una  leve sonrisa. Viste una chaqueta gris por encima de una sudadera negra con la imagen de Rasputín estampada en el pecho que conjunta con unos tejanos negros con los bajos rotos. Su aspecto es descuidado y algo inquietante.

- ¡Sergi!- le llama Anna con un grito y levantando la mano izquierda.

- Hola, perdona por el retraso. Me he entretenido limpiando en casa y no he calculado el tiempo- se disculpa. Enrolla los auriculares en el mp3, lo guarda en el bolsillo del pantalón y se acerca a ella, algo brusco, para darle dos besos.

-¿ Al castillo?- pregunta Sergi.

-¿Caminando?- responde con una pregunta cómplice Anna.

- Correr es de cobardes y nosotros no lo somos- dice Sergi y ríen los dos afablemente.- Vamos antes de que se ponga el sol.

Ascienden, por calles desiertas, acechadas por el gelido aire, propio de otras épocas, en silencio calculando cada paso.De vez en cuando se preguntan  y conversan sobre sus vidas, después de que los dos se abandonaran a su suerte, hasta que uno de ellos (normalmente Sergi) contesta con un monosílabo y retorna el silencio. Pocos coches se dejan ver a estas horas por el descampado, situado detrás del cementerio, esperando la noche para encontrar su rincón de frenética actividad. Ahora los sustituyen unos niños que corren y vociferan detrás de un balón de plástico que el viento se lleva volando de un lado a otro. Ciera nostalgia y culpabilidad invade a Anna y Sergi. Los chicos abstraídos en el juego gritan,"¡Chutaaa!...¡Gooooool!", sus voces apasionadas y limpias se expanden y rebotan en las paredes del camposanto. Desde sus muros las cámaras siguen vigilando tanto el interior como el exterior.Vaya por delante que siempre y ante todo las colocan por nuestra seguridad. Es conocido por todos que en los cementerios se registra una elevada tasa de criminalidad. Y es que los muertos, en un momento dado, pueden tener la necesidad imperiosa de volver a la vida y salir a comer cerebros, es más, tal vez uno de esos muertos que descansan en los cementerios sea un terrorista que aun conserve su único objetivo vital; el de la total aniquilación de la humanidad.

Continúan subiendo por las calles que serpentean alrededor del castillo, que cada vez se muestra mas imponente, hasta que llegan a la cuesta adoquinada que conduce al puente levadizo suspendido sobre el foso. Algunos turistas bajan de un autobús y esperan dócilmente el paraguas que les guíe."Otros más", piensa Anna ya acostumbrada a su prensencia. En cambio Sergi se pregunta irritado,"¿existe una ciudad más allá de los turistas?".  Sus sombras se entremezclan con las de los viajeros al pasar a su lado para desaparecer en la entrada y volver a emerger en el patio. Es el primer día soleado en meses aunque el cielo empieza a encapotarse. Cruzan corriendo el patio y trepan por las escaleras de piedra desgastada que caracolean por el interior de una de las torres. En cuanto alcanzan la salida se sientan sobre la muralla y contemplan a sus pies la ciudad; compleja, distante, ruidosa; con una falsa belleza en sus urbanizados montes y en sus solitarias playas.

"A menos de un metro nuestras caras y nuestros pies rozándose." piensa Anna y tiembla. Se levanta y se excusa diciendo que ha de ir al baño.

Sergi observa la planta estilizada y la gran altura de Anna, no muy habitual en una mujer. Lleva puesta una chaqueta larga, con elegancia, que esconde, en su mayoría, unos tejanos azul marino; pero destacan sobretodo sus llamativas bambas. Al volver se fija en el pañuelo que envuelve su cuello y sonríe al recordar las palabras que había pronunciado hace un rato sobre lo que te llegan a gustar los chicos con pañuelo. Todo empieza a ir bien, la conversación no se escolla en la timidez y fluye entre plácidos silencios y tiernas miradas. Sergi escucha atentamente a Anna y encuentra en ella esa chica, sincera, comprensiva y de gustos similares que olvidó y que con tanto ahínco ha buscado. Contempla su pelo, que oculta sus orejas, castaño, largo y sedoso con el deseo de acariciarlo eternamente; sus ojos felinos le poseen en un segundo, a lo que no se resiste; su nariz estrecha y escalada se perfila orgullosa de si misma;los labios alargados y algo maltrechos por el frío pero no por ello menos apetecibles. En medio de esta fascinación Sergi le lanza una mirada segura, atrayente y sensual hasta el extremo que ella siente como propia. Anna percibe, otra vez, en Sergi alguien diferente, sin pretensiones ni imposturas y vuelve a quedar prendada de él. Los dos andan confusos. Tal vez sus mentes sólo recuerden los buenos momentos y omitan los malos, quien sabe.

La noche se avecina mostrando su manto sobre la ciudad. Un músico de la calle empieza su recital sin público. Sergi sin percatarse canturrea un verso de una canción:

It´s coming, it´s coming now
it´s coming, it´s coming now

- ¿Qué cantas?- pregunta Anna llena de curiosidad

- Una canción que me trae buenos recuerdos. Cómo las malas canciones que regresan a la cabeza sin esperartelo- se para- la buenas también lo hacen- pronuncia estas últimas palabras mirándola fijamente.

Suena el movil de Anna; un mensaje. A medida que lo lee la frente se le contrae y su cara se va tornando triste. Logra articular una hiriente pregunta:

- ¿Qué hacemos aquí?

- Aparentar que acabamos de conocernos y fantasear con un futuro misterioso.¿Vuelvo a ser uno de esos escritos tuyos que arrancabas de tu libreta y los tirabas porque no te llenaban lo suficiente? No puedo ser un tipo duro a tiempo completo- se levanta ofendido y se dirige a la torre.

- Perdóname no quería enfadarte. Son estos mensajes inesperados que me alteran el humor. No estropeemos el reencuentro después de tantos años.- suplica Anna mientras le persigue.

- No pasa nada. Yo también he reaccionado muy repentinamente y sin pensar. Discúlpame.

Bajan por las escaleras en un incomodo silencio y en el patio Sergi, con una íntima esperanza pregunta :

- ¿Todavía tocas el piano?

- Sí,- sopesa la siguiente frase- vente a casa y te toco algunas de las piezas que te gustaban.-concluye insegura de la respuesta de él.

-Perfecto, pero antes quiero que veas algo- Sergi coge, con mimo, de la mano a Anna y la guía hacia los jardines que bordean el castillo.

5 comentarios:

  1. Escribe la segunda parte, estoy impaciente. Hazlo para ti, y seguro que no podré estar más satisfecho.

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  2. Creo, escritor, que muchos nos podríamos sentir Sergi alguna vez en nuestra vida. Sin duda haces de un relato subjetivo, una intimidad para cada lector.

    Ardo en ganas de la continuación, escritor. ¿Como reaccionará Anna?

    Tu blog se llama Anna Karenina, y son muchas las Annas a las que refiere, las Annas que hemos amado en nuestra vida. Sin embargo en nuestros casos, son todas muy parecidas. Esta de aquí, intrigante, me hace recordar situaciones propias con tanta intensidad, que no puedo sino soñar con poder saber cuál será su final y el de Sergi, nosotros. ¿Cómo acabaremos? ¿Cuál será nuestro destino? ¿A dónde nos llevará ese tren que una vez tomamos en un país frío y húmedo?, como pintaste hace tiempo en estos mismos escritos...

    Sólo el transcurrir del tiempo, nos dará la luz, nos demostrará que Anna no es quien merecemos, si no quien nos merece. Qué todo es posible en algún lugar y tiempo diferente, y que mucho queda por vivir, reviviendo, perviviendo y mejorando. Porque ella estará, sin conocerla, estará y algún día, quizás nos reencontremos con aquella persona, ella, antes soñada, vista siempre en nuestros deseos, saciada con meras imágenes, imitaciones,cómo mi "Anna", como la Anna del relato, sustitutos, y finalmente allí, esperando encontrarnos.
    Siempre ha estado, pero no era el momento.

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  3. Nos haces revivir sensaciones, hincándote en la mente y corazón de quien te lee. Cómo dijo Ibarra, escribe la segunda parte para ti, y seguro que no podré estar más satisfecho. :)

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  4. Chapó saúl, un altre cop el teu relat m'ha fet reviure a més records i no se perquè m'estan venint ganes de tornar a anar al castell de montjuic i riuren's dels guiris, de tot i de res. M'ha encantat, si te segona part, vull saber com continua *-*

    de la teva fan number guan

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