lunes, 16 de enero de 2012

Un mono



- ¿Qué te dijo tu padre?- pregunta, enojada, la madre a su hijo.

- Que no debía reírme del retrato de mi hermano que está colgado en el comedor.- responde el hijo cohibido.

- Pues ves a pedirle perdón al retrato, hazle una reverencia, arrodíllate ante él y después informa a tu padre de tus acciones.

El hijo se aleja con la cabeza gacha hacia el retrato bajo la mirada inquisitiva de su madre y la de unos desconocidos que cuchichean en el sofá.

- Eso le enseñará educación.- comenta uno de los desconocidos señalando al hijo.

- Creo que te equivocas. Él ve ridículo el retrato de su hermano y por eso no puede evitar reírse de él. Ni las palabras de reprimenda, ni ningún razonamiento logrará cambiar esa percepción que él siente como si fuera una parte más de su cuerpo.

1 comentario:

  1. No, no, oiga, aquí todo el puto mundo a pedirle perdón al retrato. Y si no lo haces, eres un deshecho.

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